Han pasado casi cuatro años desde la última vez que publiqué algo por aquí, en aquel entonces vivía un etapa de duelo por la pérdida de un amor, lo curioso es que a pesar de haber sucedido muchas cosas desde entonces, hoy me trae de vuelta a éste blog la necesidad de desahogarme de una situación muy similar. No es que todo ese tiempo haya pasado en vano y no hubiera adquirido una o dos lecciones en el camino que me ayudaran a regresar en mejores circunstancias, de hecho por algún tiempo hubo maravillosos momentos inolvidables, ratos felices y esperanzas de un futuro mejor. En pocas palabras después de pasar un largo rato buscando el amor, por fin lo encontré cuando más cansado me sentía de buscarlo, no se trató de un amor a primera vista, fué algo más parecido a una amistad instantánea lo que nos unió y a partir de ese momento el amor fué llegando poco a poquito, no sin antes sufrir algunos malentendidos y tropiezos en el camino debido a que nos separaban algunos cuántos cientos de kilómetros, lo cuál siempre lo complica todo, pero a pesar de eso nuestra relación llego a ser tan cercana y cálida, que sentía su amor y su presencia cómo si se encontrara a la vuelta de la esquina. Pero nada es para siempre, y supongo que eso incluye también a la felicidad y un mal día ese amor se terminó por nada, pues el motivo que ella tuvo para dejarlo morir no podía haber estado más equivocado y yo lo dejé partir al descubrir que ella no era feliz y que jamás iba a confiar en mi.
Asi que si alguien se preguntaba cómo estoy o que ha sido de mi, bueno, pues básicamente... yo sigo igual, sigo tal cual, quizás desmejorado.
