Pues finalmente se llevaron a cabo por sexta ocasión los festejos en el Zócalo de la Ciudad de México correspondientes a la entrada de la primavera la noche de este sábado 21 de Marzo, en las principales calles del centro histórico se vivió por una noche un ambiente de fiesta, a lo largo de las calles de Madero, Cinco de Mayo, Motolinia y Gante entres otras se vieron repletas de visitantes que deambulaban disfrutando a cada de paso de las diversos festejos y expresiones culturales que en ellas se realizaban.
Mi recorrido comenzó en la plancha del Zócalo, donde se realizaba el concierto de la Orquesta Filarmónica de La Ciudad de México acompañados por Susana Zabaleta, mi primera impresión al llegar alrededor de las 19:45 fue de desencanto, el Zócalo se miraba medio vacio, (y no me refiero únicamente a la audiencia pues tristemente en ese aspecto jala mas gente un grupero que la filarmónica, así que era de esperarse) me refiero a la escasa decoración del escenario en si, la plancha del Zócalo lucia demasiado estéril para ser el escenario principal de una celebración, adornado por una replica del ángel de la independencia casi frente al palacio nacional, por un par de pequeños globos de helio ubicados en las esquinas de la plancha del Zócalo que iluminados por una luz blanca lucían a medio inflar y de menos de media docena de mariposas gigantes que parecían volar sin rumbo en la oscuridad por la plancha del Zócalo.
Honestamente yo me esperaba un poco mas al consultar la pagina del evento. Por lo menos que los globos fueran replicas miniatura de esos majestuosos globos aerostáticos multicolores que se ven volar en valle de bravo. Las mariposas quizás iluminadas por una luz de colores de una lámpara de mano habrían cobrado vida en vez de perderse en la noche. (O quizá lo entendí mal y representaban el resultado del calentamiento global y la extinción de la fauna y por eso tan pocas mariposas y tan lamentable el espectáculo que ofrecían). El comienzo de mi recorrido por las calles del centro histórico habría sido frustrante de no ser por la bella interpretación que hizo Susana Zabaleta (y por supuesto de la Filarmónica de la Ciudad de México) de los temas, "Un vestido y un amor" de Fito Páez y del tema, "Memory" del musical Cats de Andrew Lloyd Webber, esta ultima interpretación me pareció extraordinaria escucharla en vivo, casi me hizo reconciliarme con la trayectoria de Susana Zabaleta por quien había perdido la admiración después de su aparición como juez de un reality show.
Mas tarde continué mi recorrido por la calle Madero en dirección al Eje central, a lo largo de esta se podían observar algunos personajes semi-inmóviles cual si fueran estatuas que a cambio de alguna moneda cambiaban de posición aunque ocasionalmente también lo hacían para sorprender a algunos incautos que no sabían si en verdad aquellos personajes eran de ficción o realidad. También vi algunos malabaristas que con su destreza deslumbraban a los visitantes que deambulaban por la calle y hasta a una cantante de opera ligera en un balcón ubicado arriba del Mixup de Madero. Al llegar a la esquina de Gante, el festejo se vivía de forma distinta pues ahi se fusionaban el festejo con los restaurantes bares y cafés que ahi se encuentran, sobre Gante se podía escuchar algo de trova y cruzando Madero del lado de Filomeno Mata se encontraba un enorme escenario de karaoke abierto al publico. Así llegue hasta el atrio del Templo de San Francisco en donde me detuve a mirar una exposición en donde los automóviles convivían en armonía con las flores y la naturaleza.
Después de cruzar por debajo de la Torre Latinoamericana, salí al eje central, dirigí la mirada al Palacio de Bellas Artes y la Alameda Central pero ya no llamaron mi atención otros espectáculos, así que decidí regresar sobre la calle de Cinco de Mayo, precisamente en la esquina de esta y Eje Central una enorme multitud tenia prácticamente cerrado el paso. No, esta vez no se trataba de ninguna manifestación, así que decidí intentar pasar a través de esta pero mi esfuerzo fue en vano cuando levante la mirada y me encontré frente al Edificio Guardiola al carnaval brasileño. Tres alegres y espectaculares bellezas femeninas compartían su alegría y sensualidad con los asistentes acompañadas por un moreno y buen mozo que las acompañaba en la samba y en la batucada. Sentí un poco de envidia (pero de la buena) de no formar parte de aquella cultura, en donde el cuerpo es también un instrumento de alegría y de fiesta, que ataviado con coloridas y pequeñas prendas contagian de energía y alegría a su paso. Que lastima que llegue cuando casi terminaba, pero en cierto modo que bueno que asi fue porque si no capaz que me quedo ahi las dos horas, después de un suspiro pensé pero que bonitas son esas mujeres!
Una vez terminado el espectáculo los asistentes siguieron su camino y yo seguí el mío de regreso al Zócalo acompañado aun por cientos de visitantes que recorrían las calles buscando seguir disfrutando de aquella noche de fiesta, de regreso me sentí casi como en otra ciudad, (excepto por lo de los collares supuse que mas o menos así seria New Orleans) finalmente viví el concepto de recuperar los espacios públicos para la gente del que tanto habla el jefe de gobierno, ojalá lo viviéramos mas a menudo. Así llegue hasta la esquina con Isabel la Católica y ahi se encontraba una estudiantina que con sus alegres canciones ponían a mas de uno a bailar, finalmente regrese al Zócalo y de vuelta a mi aburrida noche de sábado.
- Edd –
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