Este sábado 14 de julio después de meditar un rato acerca de como aprovechar estas vacaciones inter-semestrales decidí ir a dar una vuelta por Coyoacán, había cosas que hacer en casa, pero seguramente podían esperar, lo que no podía esperar era la "2da Feria de Museos en Coyoacán" Un evento que tenia como objetivo reunir en el Jardín Hidalgo una pequeña muestra de la oferta cultural que ofrecen los principales museos de la ciudad y de algunos estados.
Mi recorrido comenzó en la estación del metro General Anaya, si bien no es el mas cercano ni la mejor opción, siempre me ha gustado caminar y ya tenia mucho tiempo de no andar por aquellas calles, después de pasar por el Ex-convento de Churubusco seguí por la avenida Hidalgo; una vez ahí saque mi celular para tomar algunas fotografías de los restaurantes que se ubican sobre esta avenida, pues uno nunca sabe cuando se le puede antojar algo nuevo y yo sigo sin encontrar donde ir a comer una buena pasta con un buen vino a precios razonables, o un lugar donde poder escuchar algo de trova y música de cantautor.
Seguí caminando todo derecho hasta topar con pared, o mejor dicho con el Jardín Hidalgo, al acercarme las ofertas gastronómicas aumentaron pero eran las ofertas ya por todos conocidas, así que guarde el celular y saque la cámara para visitar el evento principal. Había dos carpas no muy grandes, lo cual no era una buena señal, si bien ya suponía que era poco probable que los museos participantes llevaran algunas piezas de sus colecciones, no imagine que la feria seria tan minimalista, pues en su mayoría los stands únicamente ofrecían folletos y la oportunidad de ver algunas fotografías de sus recintos, o en el mejor de los casos ofrecían transporte gratuito hasta sus puertas.
Así que no hubo mucho que fotografiar de la misma, quizá lo mejor de la feria fue la instalación de un escenario sobre el cual en ese momento se realizaba un concierto de música folclórica, incluso el cartel de actividades no ofrecía mucho, algunos talleres y conferencias. verdaderamente fueron muy pocos los museos que se atrevieron a llevar algunos objetos de su colección, la mayoría únicamente se dedico a promover mediante volantes y programas de actividades su oferta cultural y aunque admito que en algunos casos con eso fue suficiente para despertar mi interes, yo esperaba un poquito más por parte de los museos y que la exhibición fuese mas generosa.
Por lo tanto decidí dar una vuelta para tomar fotografías de los alrededores, como la tarde estaba sumamente nublada y amenazaba con llover en cualquier instante, había pocos visitantes por lo tanto la tarde era muy agradable para caminar y seguramente era mucho más propicia para meterse a cualquier restaurante, la vista al interior de estos era sumamente agradable y seductora, decoraciones rústicas con sillas y mesas de madera, donde resaltaban las botellas de vinos importados iluminadas con luces de neón, menús y precios a la vista de público te invitan a reflexionar seriamente sobre la posibilidad de entrar a tomar una cerveza.
Sin embargo la soledad no es una buena compañía, y no se antoja tanto disfrutar a su lado de un instante que no vas a compartir con nadie, asi que después de sobrevivir al impulso me dije a mi mismo "ya será en otra ocasión, se que así será" y emprendí el regreso a la rutina quedándome con el antojo de tantas cosas, de una buena cerveza, de una buena compañía, de una buena platica, de un buen museo, de una buena pasta, de un buen vino, de un buen sábado. No es que haya sido un mal día, pero tenia tanto potencial para ser un día extraordinario.
Nos leemos...
Hoy bien pude estar acompañado,
romper el hielo donde estaba encerrado,
hoy bien pude haber conocido algún amigo,
hoy bien pude haber dejado de estar contigo.
Y observo a gente que está acompañada
que intercambian sonrisas, palabras y miradas
se divierten, se entretienen, se enamoran lo sé,
a todos veo y nadie me ve.
Pero en cambio a ti te tengo, mi fiel enamorada
solo contigo me entretengo, me vigilas a mis espaldas.
No cruzamos palabras, (siempre me acompañas...)
Juntos nos ocultamos, (en las horas largas...)
Ya que tu silencio (dentro de tu identidad...)
Te llamare por sobrenombre mi dulce soledad.
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