sábado, 29 de septiembre de 2012

Mi breve historia en el amor y la sexualidad


En mi caso particular creo que es preciso mencionar que mi vida sexual en pareja comenzó muy tarde, (al decir en pareja me refiero a que si bien desde que nacemos la sexualidad esta presente en nuestra vida y la ejercemos cada quien a su modo, llega un punto en que la compartimos y ejercemos con alguien más, por lo general cuando llega el amor) en mi caso, ambas cosas llegaron tarde a mi vida, de hecho cuando dicha situación no me deprimía, me hacia sentir una cierta resignación al respecto.

Al llegar mi cumpleaños numero treinta, hasta entonces todos mis intentos por encontrar el amor habían sido historias de amor no correspondido, y en cuanto al sexo, para hacer la debida separación entre el sexo y el amor, el sexo también fue algo ausente en mi vida. El sexo era algo que conocía muy bien por películas, por revistas, por fotografías, por libros y por algunos objetos fetichistas, pero que no conocía por experiencia propia, el único placer sexual que conocía era aquel que era capaz de brindarme a mi. El amor y el sexo, aunque eran sensaciones desconocidas para mi, suponía que el uno sin el otro serian experiencias vacías, así que nunca me atreví a pagar por unas horas de placer sexual, me parecía algo muy triste en ese entonces, pensaba que el sexo sin amor no seria diferente de aquello que hacen las especies para reproducirse, es decir algo por puro instinto y el amor sin el sexo a su vez me parecía como un amor imperfecto, incompleto, demasiado espiritual.

Una vez que llego la resignación a vivir sin sexo y sin amor, pude crecer un poco mas como persona, intentaba convertir en fortalezas mis debilidades, intentaba depurar mis experiencias para quedarme solo con lo bueno, solo con las ilusiones, con las maripositas en la panza, con aquellos momentos en que sentí la calidez del amor entrando en mi alma, aunque fueran de amores no correspondidos, me esforcé por conservar lo bueno (una de mi máximas en la vida) y en cuanto al sexo, había investigado ya tanto que sin querer me convertí en una especie de experto en sexo teórico, todo lo que yo sabia del sexo eran la suma de una inmensa recolección de datos, así que al menos en teoría sabia lo que era el sexo, que mas daba si nunca llegaba a sentirlo ni experimentarlo. Intentaba ser optimista y convertir mis carencias en experiencias positivas y eso me permitió madurar un poco, aunque en todavía en ocasiones la depresión me pegaba y me pegaba fuerte, eventualmente lograba seguir adelante y continuar.

Aquí quizá seria conveniente mencionar un elemento que también estuvo presente por muchos años que fue la depresión, para mi no fue una moda ni un pretexto conveniente para no hacer nada, a mi de verdad me "desmadro" se me fue acumulando por años, nunca tuve como, ni con quien desahogarla y entre los pequeños tropiezos de la vida diaria, los amores no correspondidos, la soledad y una familia que nunca fue muy funcional (pero que aun así ame con toda mi alma) la depresión creció hasta ser algo muy visible y muy tangible, paso de ser un sentimiento a toda una enfermedad que me llevo a buscar atención medica. Y es todo lo que diré al respecto, porque si bien muchos años me acostumbre a representar el papel de víctima ahora es algo en que prefiero evitar caer.

Así entre tropiezos y un inmenso y sincero deseo por seguir adelante, la vida me regalo de manera totalmente inesperada aquel momento soñado de experimentar el amor y vivir mi primera experiencia sexual...

"Porque faltan palabras para decirte, porque sobran razones para explicarte,
porque cuento los dias de aqui hasta mayo, porque pasa la vida y te sigo amando,
porque tiemblan mis manos cuando las tuyas me hacen una caricia de contrabando,
porque tiene sentido por ti la vida, porque tanto te quiero, porque te extraño.

Llegaste tu y contigo se abrieron de nuevo a la vida mis cansados brazos,
llegaste tu y se fueron los frios, se acabaron las penas y al calor de tus labios
nació el amor como nunca en la vida de mis treinta años,
como nunca en la vida de mis treinta años..." - José Maria Napoleón


Mi primera vez fue todo lo que había soñado, fue algo muy tierno y extraordinario... Fue el encuentro de dos seres muy distintos pero con algo en común, que en aquel momento de sus vidas se necesitaban, necesitaban un amigo muy especial, un amor, una esperanza para seguir adelante con sus vidas, o al menos así es como a mi me gusta evocar aquel recuerdo. Quizás aquí sea preciso entrar en detalles y decir que así como tuvo su lado dulce y sublime, también tuvo su lado "perfectible" pues fue un momento que a pesar de ser hermoso, también me produjo una enorme ansiedad y preocupación ¿mi erección es normal? ¿habrá tenido un orgasmo? ¿cuanto tiempo debe durar la relación? ¿lo estaré haciendo bien? si bien por momentos me dejaba llevar, eventualmente aparecía un instante de duda, parecía como si la sangre viajara de mi mente a esa región donde se le requiere durante el sexo y después la abandonara para volver a alimentar las neuronas, dejando aquella zona flácida. ¡Rayos! ¿Porque tendré esa costumbre de razonarlo todo? ¿Porque me habré dejado asaltar por tantas dudas en aquel momento? ¿Porque no pude simplemente apagar mis pensamientos y disfrutarlo?

Tiempo después aquella relación termino y como suele suceder en estos casos tomamos distintos caminos y lo procesamos de modos distintos, ignoro lo que habrá significado en su vida todo aquello, pero para mi fue algo simplemente muy hermoso, un extraordinario regalo de la vida, un empujoncito justo cuando mas lo necesitaba para seguir adelante.

Mi segunda pareja sexual llego de modo tan inesperado como la primera, no fue un instante ni menos hermoso ni menos especial, pero si sucedió algo que era distinto, yo seguía herido y me encontraba un poco mas a la defensiva por lo que evitaba los besos para no enamorarme de nuevo, para mi era un tema muy sensible el de los besos, pues los besos hacen que algo hace se apague en tu cabeza, te hacen perder la noción de las cosas y del tiempo y muy en especial te hacen enamorarte perdidamente, yo me culpaba porque mi relación anterior desde el principio tuvo reglas muy claras, íbamos a compartir "esto" (el sexo) pero nada mas, y ante todo el mundo seguiríamos siendo simplemente amigos, sin clavarse demasiado en el amor. Irónicamente mi relación con mi primer pareja sexual se termino porque me enamore de ella y con mi segunda pareja sexual la relación se termino porque no me permití el enamorarme y siempre tuvimos una relación más de amigos que de pareja; en lo sexual, las inquietudes y la inseguridad aumentaron.

Mi tercer pareja sexual fue algo esta vez totalmente planeado y pactado, ambos sabíamos a lo que íbamos y lo que esperábamos de eso, esta vez el amor se quedo de lado, por primera vez el amor y el sexo se distanciaron, pensé que quizás el amor, el amor que perdura, el amor del bueno, quizá no llegaría a mi vida y que quizá lo mejor seria simplemente aprovechar cada ocasión que el destino me presentara para disfrutar de algunas caricias y olvidarme de mi soledad, sin besos, sin corazones rotos y sin desilusiones, pero en lo sexual ya no me sentía como aquel experto del sexo teórico, ahora había cosas que no comprendía, cosas que no aprendes en las películas, ni el las revistas o los libros, porque en ellos lo que los protagonistas sienten muy en el fondo de sus almas se queda ahí, y mis sentimientos eran una bola de estambre después de ser sorprendida por un gato, todo estaba hecho un nudo, así que busque la salida fácil y me auto-medique con una media pastilla de viagra, lamentablemente no funciono, tal vez debí tomarla toda o tal vez no debí dejar al amor de lado, cómo fuera, me fue tan mal en el sexo que no tuve el valor para continuar aquella relación y solo se quedo en algo de una sola vez.

La ultima pareja sexual que tuve, por primera vez en mucho tiempo también fue mi pareja sentimental, nuevamente me di la oportunidad de enamorarme y me permití dejar salir algunos besos que hasta entonces habían estado restringidos por tanto tiempo, no me fue difícil enamorarme de ella, siempre fue muy dulce, muy gentil y muy tierna conmigo, además de poder hablar con ella de prácticamente cualquier tema incluyendo la sexualidad, por lo que fue sumamente comprensiva conmigo y siempre busco la manera de ayudarme. Con ella el amor y el sexo se unieron de nuevo y en cierto modo tuvo sus frutos, sin embargo en lo sexual no podía decir que mágicamente ya todo estaba bien, de hecho seguía atormentándome el no saber que sucedía conmigo, pues ahora en algunas ocasiones yo funcionaba bien y en otras ni siquiera con la pastilla lograba satisfacer a mi pareja y de verdad deseaba poder hacerlo, en verdad deseaba poder hacerla feliz.

Busque ayuda profesional en el IMESEX y de ahí me canalizaron con una terapeuta, al principio no entendía muy bien que onda con la terapia, parecía enfocarse mas en otras cosas que en lo sexual, se enfoco en mejorar mi auto-estima, en mejorar mi confianza y ocasionalmente con lo sexual y la relación de pareja, lamentablemente la distancia con que nos veíamos no nos permitía hacer la tarea, y las veces que nos veíamos nos dejábamos llevar en vez de hacer la tarea, lo que me ocasiono alguno que otro regaño, y no era para menos ¿como iba a mejorar si no hacia mi parte? El "guión DEEC" falló, así como lo del "sexo sin-sexo" (una tarea que consistía únicamente regalarnos caricias mutuas en silencio y sin llegar al sexo) después me sugirió que reflexionara acerca de la metáfora de la "frutita" cómo mi relación tenia muchos altibajos la terapia se enfocó en la masturbación, pues ahí si podía hacer la tarea yo solo, el "detener el flujo al ir al baño", "la masturbación a oscuras" y en el "registro de la erección" me fue bien, hice todo lo que me dijeron y hubo un progreso, pero ya no podía costear los gastos de la terapia y la deje apenas comenzó a funcionar.

Lamentablemente tuve que dejar la terapia, ahora creo que seria una persona mucho mejor con más herramientas para enfrentar la vida y una mejor filosofía para disfrutar del sexo plenamente, ahora a la distancia comprendo mucho mejor algunos de los objetivos de las tareas y la terapia en general que recibí, estoy mucho más consciente de mis necesidades y también de mis limitaciones, sé que no estoy curado del todo y que quizá añadí unos nudos de mas a la bola estambre de mis sentimientos pero también sé que si me libero de mis pensamientos, de mis temores e inquietudes y hago todo lo posible por pasar del "analizarlo todo" al "sentirlo todo" puedo disfrutar del sexo, que en cuanto dejo de pensar en satisfacer a mi pareja y solo me dedico a sentir para mi, es mejor para ambos, que tengo que quererme mucho y tenerme la mejor auto-estima para poder querer mejor a mi pareja y valorarla, que cuando algo me duele, me lastime o me incomode, tengo derecho a expresarlo sin que necesariamente haya una pelea, que así como hay mejores formas de comunicarnos también hay mejores formas de amarnos, que el hombre y la mujer no son solamente un pene y una vagina, que hay muchas formas de satisfacer a mi pareja, incluso de tener sexo sin sexo, para terminar debo confesar que sigo sin saber a ciencia cierta si hay algo mal conmigo, porque cuando quiero quedar bien no puedo y cuando eso deja de importarme funciono mucho mejor, sin duda la sexualidad seguirá siendo un campo en el que aun me falta mucho por descubrir, solamente espero poder seguir siendo perfectible.



 












"Otra ves, estoy aquí, mordiéndome los labios, por volverte a ver,
ya no se, si pueda mas, soportar esta angustia, de no poderte besar una ves mas.
Un día mas, estar sin ti sintiendo como el frio, se apodera de mi piel
ya no se, si aguantare tan solo con la pena de soportarme estas tontas tantas...
Ganas, ganas, ganas de morderte hasta los dientes, de abrazarte fuertemente y no dejar que te me vayas.
Ganas, ganas, ganas de secuestrarte en mi cama, de amarte toda la noche y despertar en tus entrañas.

Otra ves, amanezco sin ti pensando en tus labios, recorriéndome la piel
Ay amor!! no sabes que, si no te veo ahora... En este mismo instante, moriré..." - Paty Ibarra


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