Ayer antes de irme a la cama pensaba en alguna actividad para hacer de este domingo distinto a los anteriores, debido a lo repentino de aquel pensamiento supe que tendría que ser una actividad para uno, por alguna razón a la gran mayoría de mis amigos necesito avisarle con mucha anticipación para ver si pueden hacerme un espacio en su agenda y sus múltiples ocupaciones, así que sin duda que tendría que hacer planes para uno.
Pensé en aprovechar al máximo el día, quizás hacer un poco de todo y hasta adelantar tareas de la licenciatura, me cepillaba los dientes para irme a la cama mientras pensaba con nostalgia en todos los lugares para pasear a donde ya no pude ir en pareja, así que hice lo posible por alejar esos pensamientos y enfocarme en algo para hacer este domingo, algo productivo, algo que me hiciera sentir bien conmigo mismo, aunque últimamente me siento tan solo que ya ni yo me hago compañía a mi mismo.
Se me ocurrió que seria buena idea comenzar el día en la biblioteca central de UNAM, hojeando libros para ver si de casualidad alguno trata acerca del tema que necesito, un pueblo originario de América del cual comienzo a pensar que me equivoque al escribir su nombre pues en Internet no he encontrado absolutamente nada, ni siquiera una aislada mención al respecto.
Comencé a imaginarme la mañana siguiente, recordando otras ocasiones que he visitado la biblioteca central en domingo, a las personas que generalmente se reúnen en sus alrededores, estudiantes de todos lo niveles, familias que llevan a sus hijos a volar un papalote, personas que acuden a pasear en bicicleta, a los amigos jugando con un balón, a los novios tomados de las manos, hasta al vendedor de papas fritas que se pasea por ahí ofreciendo sus productos.
Y también recordé la soledad que se siente al estar rodeado de tantas personas, al ver a tantas personas conectadas de alguna manera por alguna actividad o algún interés y yo sin nada interesante que ofrecer a nadie. Recordé todas esas ocasiones en que he caminado solo entre tanta gente con la meta especifica de realizar alguna consulta, conseguir un libro, pero muy en el fondo anhelando que sucediera algo diferente que me sacara de esa soledad.
Hace poco alguien con quien pude platicar de mi ruptura, me dijo que no me deprimiera que saliera a hacer cosas, que siguiera buscando a la persona indicada, que si no funcionaba una vez mas, seguir tratando, seguir conociendo personas hasta encontrar en una de ellas aquello que busco, que lo importante no es llegar a mi destino sino disfrutar de el camino recorrido para llegar a él. Y todos esos consejos están muy bien y los agradecí en el alma, pero me hicieron darme cuenta de que están muy lejos de mis posibilidades.
Descubrí con profunda tristeza que yo no soy así, de que no fui programado de esa forma, de que a mi me cuesta mucho trabajo acercarme y conectar con los demás, extrañamente no tengo problema para hacerlo cuando se trata de algo impersonal, como al hacer una labor de venta o preguntar algún dato, o si estoy compartiendo una situación con alguien mas como al hacer fila o esperar un turno, el problema es que cuando alguien me gusta estoy casi completamente convencido de que yo no le voy a gustar, de que seguramente tiene novio, o algo que hacer, o mucha prisa o incluso de que es feliz estando sola (últimamente parece que esa es la tendencia de moda, todos son felices estando solos menos yo).
Así que volviendo al tema pensé, ¿para que carajos voy a la biblioteca, solamente voy a deprimirme mas de lo que ya lo estoy? Por un lado la parte racional de mi conciencia decía, "tienes que ir por la simple y sencilla razón de que tienes que hacerlo" pero la parte emocional decía: "Ya no mas, ya me canse de esperar que algo pase, que algo sea distinto, que el jodido destino haga algo" Y de verdad que en otro tiempo no me habría importado ir solo, incluso lo hubiera disfrutado. Pero me acostumbre a la idea de compartir mi vida con alguien, (con alguien equivocado, pero eso no es lo importante) la cuestión es que me acostumbre a no estar solo.
Ahora ni siquiera puedo dormir solo, tengo que dejar encendida la radio o la televisión para sentir que algo me hace compañía, tengo que sobornar al gato con comida para que se duerma a los pies de mi cama, me acostumbre a decirle "te quiero" a su retrato que tenía al lado de mi cama, a acariciar aquella imagen con mis dedos pero ahora que ya no está, en su lugar ahora hablo con la chica del protector de pantalla de la computadora, hasta tocar su imagen con las yemas de los dedos me brinda un poco de consuelo, incluso le he llegado a robar un beso y me he perdido por largo rato en su mirada, se que es irreal, pero últimamente parece que casi todas las cosas que valían la pena en la vida son irreales.
Me llevo tanto tiempo acostumbrarme a estar solo y a ser feliz de esa manera y tan poco tiempo el acostumbrarme a estar con alguien mas. Fue tan fácil hacerme a la idea de que pasaría el resto de mi vida con esa persona y tan complicado de entender que probablemente tenga que vivir el resto de mi vida en soledad. Pero no queda mas que continuar, seguir adelante, aunque me sienta roto por dentro, descompuesto, decepcionado y desvalorizado porque la vida no se detiene ni espera a nadie, ya se me pasara el dolor, la decepcionan y me reconciliare con la soledad y quizas también con la felicidad.
Rayos, pinche destino ¿ya dame chance no? deja que algo bueno llegue a mi vida y se quede ahi. ¿Cual es la lección esta vez? ¿Que me falta por aprender? ¿Que rayos hice mal? Si no soy yo... ¿Porque entonces siempre tengo que conocer personas con la que me encariño y después me rompen la madre? Y no me digas que es porque no me quiero lo suficiente, porque si eso fuera cierto ¿para que salir de la cama cada mañana, para que ir a correr, a trabajar, a estudiar? Trato de ser una buena persona y una persona mejor, pero aparte de la efímera satisfacción de hacer las cosas, ¿que puta recompensa me ha dejado eso? Carajo, hay gente verdaderamente desalmada y maldita que ha sido mejor recompensada que yo: Por favor.... Ya deja llegar algo bueno a mi vida y que se quede ahi.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario