Lo que ha sido de mi... (parte 1)

No sé porque pero al mirar atrás para tratar de hacer un resumen de lo que ha sido de mi últimamente, parece cómo si las últimas semanas hubieran sido un sueño que poco a poco comienza a desdibujarse, apenas recuerdo vagamente que la melancolía de los domingos comenzaba a sanar, sé que escribi acerca de eso, pero al siguiente domingo algo cambio, algo sucedió y olvide registarlo en mi bitácora, cómo cuando tienes un hermoso sueño y al despertar lo repasas en tu mente y saboreas los recuerdos que más tarde inevitablemente comenzarás a olvidar.

Asi medio recuerdo que hubo un domingo que acompañe a una querida amiga a recibir su sanación espiritual, aquel domingo quedamos de vernos muy temprano en espera de la persona que nos habia extendido la invitación y en cuanto llegó nos pusimos en marcha. En mis pensamientos más íntimos existía cierta preocupación al respecto de que todo aquello tuviera alguna trampa, es decir me preocupaba que eventualmente exigieran algo a cambio y que solamente explotaran las creencias de las personas jugando con su fé y sus esperanzas.

Cómo estudiante de sociología es básico entender el papel que ha tenido la religión en la sociedad y lamentablemente siempre se ha utilizado cómo un aparato de control y manipulación masiva, (sin olvidar que en nombre de ésta se han cometido algunas de las peores atrocidades, basta recordar a la Santa Inquisición) Asi que aquel día llegué con la guardia muy en alto pero una vez que terminó la "cátedra" me senti mucho más tranquilo al comprobar de que no habia porque preocuparme, incluso me permitió hacer las paces con Dios y recuperar un poco de la fé perdida..

Para quién no tenga una idea clara de que se tratan las reuniones de estas agrupaciones espirituales, trataré de relatarles mi experiencia objetivamente. Esta agrupación se define a si misma cómo una escuela espiritual la cual tiene cómo objetivo transmitir un mensaje de amor y reflexión proveniente de Dios padre, Jesucristo o la virgen Maria a través de una cátedra que es impartida por uno de los presentes (el instrumento) el cual ha sido preparado y facultado para elevar su concentración y transmitir el mensaje que recibe de los seres divinos. Es importante mencionar que ésta ceremonia se realiza en un domicilio particular, que no tiene fines de lucro, que no se pide ningún diezmo y que no se trata de un sermón, ni se hacen citas de la biblia o alusiones a los pasajes de ésta.

Subjetivamente, puedo decir que mi experiencia fue muy grata y positiva, que me emocionó hasta las lágrimas y que se me puso la piel chinita pues fué un mensaje muy hermoso, que en todo momento habló de amor, sin caer en los clásicos discursos grandilocuentes empleados en los sermones que solamente te reprochan tus acciones y al final todo lo pretenden arreglar con arrepentimiento, diezmo y un par de rezos. En cambio aquella escuela espiritual me planteó la posibilidad de estar bien conmigo mismo de comenzar a sanar espiritualmente para que eventualmente se refleje en mi persona, sanación que se brinda al escuchar la cátedra, al reflexionar acerca de ésta para convertirla en acciones, siempre con mucha fé y dando mucho amor al prójimo (amando, bendiciendo y perdonando)

La manera en que se impartió la cátedra me permitió entregarme a un ejercicio de imaginación en el cual dejé los cuestionamientos a un lado y por primera vez en mucho tiempo me permití volver a creer pues siempre he estado convencido de que a veces hace falta creer en algo más que todo aquello que podemos percibir, de que no debemos ni tenemos porque limitarnos a creer que solamente existe aquello que podemos registras con nuestros sentidos, seguimos razonamientos lógicos basados en conocimientos empíricos y científicos adquiridos a través del tiempo, pero a veces hace creer en algo más, en algo que sea inspirador, que nos de confianza, que nos brinde paz interior, que nos devuelva la salud, que nos haga mejores seres humanos.

Asi que aquel primer domingo no registrado en mi  bitácora, último domingo del mes de marzo, me reencontré con la fé...

[Continuará...]