domingo, 9 de octubre de 2011

Ya fui a ver... Gigantes de acero!

A mi no me toco ser parte de la generación que tuvo la oportunidad de ver en el cine la primer película de Rocky, sin embargo cuando tuve la oportunidad de verla por vez primera en VHS en una humilde televisión de la misma época, me emociono tanto aquella película que me pregunte, ¿como habría sido verla en el cine? Ahora se como debió sentirse.

Hacia mucho que no me emocionaba tanto con una película, en algún punto tanta tecnología en efectos visuales le robo su esencia al cine, a aquel cine que por 120 minutos nos envolvía, nos mantenía emocionados y asombrados en la orilla del asiento, el uso, o mejor dicho abuso de los efectos hizo que nos volviéramos más difíciles de sorprender y acabo con la magia del cine.

Gigantes de acero es una historia que nos recuerda a aquella película y a la vez es totalmente nueva y diferente, quiza su mayor similitud consiste en que al final consigue hacer que nos involucremos en la historia y nos emocionemos al punto de querer gritar, nos conmueve y nos vende una historia que tal vez tiene sus defectos pero que nos deja totalmente satisfechos.

Nos leemos...


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