jueves, 10 de enero de 2013

Besos de lluvia

Cómo en la mayoría de los sueños es difícil precisar en donde comienza éste, y que preciso instante paso de una cosa a otra, pues al principio me hallaba en el mar, me encontraba metido en el agua templada, era un mar casi sin olas, sin brisa, sumamente quieto, hasta el sol se portaba benevolente conmigo y apenas asomaba sus rayos no quemaban, era un muy bonito sol.

En un abrir y cerrar de ojos el mar desapareció y me encontré en una bañera, recostado, en una habitación oscura y algo lúgubre, con paredes antiguas y descuidadas, con un foco fundido que colgaba del techo sin mayores adornos parecía el cuarto de baño de alguna casona antigua, por la ventana se colaban los únicos rayos de luz que me iluminaban, era una noche oscura pero con una luna muy hermosa.

Sin embargo a pesar de ese cambio tan drástico de escenarios no me sentí mal, pues el agua, el agua seguía sintiéndose igual, inundaba mi sentidos con su calidez, me relajaba, me hacia sentir muy bien, no había mucho que mirar en aquella habitación por lo que por largos instantes cerraba los ojos y me transportaba a un sueño dentro de otro sueño.

Después de cerrar los ojos largo rato, ya no estaba ahí, la siguiente imagen que apareció ante mi fue la luz de las ventanillas del metro moviéndose a gran velocidad hasta que lo miré alejarse por el anden, en ese instante me tomaste del brazo como aquella primera vez, en la primera cita y caminamos hacia la salida. La estación, era una de esas estaciones elevadas por lo que una vez que se alejo el metro pudimos contemplar un hermoso paisaje nocturno.

Muy a lo lejos se veían tres enormes choros de agua que parecían brotar de alguna fuente gigantesca, iluminados por luces de colores, recuerdo que te comente que eran de un nuevo parque que acababan de inaugurar y te pregunte si quizás algún día te gustaría acompañarme a andar en bicicleta en el, me miraste como solías hacerlo, asomando una sonrisa tímida y moviste la cabeza afirmando que te gustaría mucho conocerlo.

Al llegar a la salida, mientras bajábamos en silencio uno a uno los escalones un sentimiento de nostalgia nos invadió pero no era un sentimiento triste, era mas bien un sentimiento calido, como cuando evocas un recuerdo muy hermoso de un momento que haya sido importante en tu vida, la sensación era tan grande que nuestras miradas se buscaron, como aquella noche en aquella banca cuando nos besamos por primera vez, así que mi boca fue en busca de tus labios y estos le regalaron un beso de reconciliación.

Algunas lágrimas escaparon tanto de tus ojos como de los míos, nos abrazamos fuertemente y nos miramos nuevamente, te trate de pedir perdón pero no acabe de pronunciar aquella palabras porque un beso tuyo tras otro me lo impidió, como aquellos que cuando jugábamos a besarnos solíamos inventar para después buscarles algún nombre, te pregunte si eran besos de pollito, pero con una sonrisa tierna moviste giraste la cabeza para decir que no, ¿besos loquitos? me pregunte a mi mismo, pero tampoco lo eran, estos besos tenían un sabor húmedo y salado de las lagrimas que instante antes se nos escaparon, entonces respondiste, "estos son besos con lágrimas, así que son besos de lluvia"

Nos abrazamos nuevamente y las lagrimas siguieron brotando de nuestros ojos, pero no se sentían como lágrimas tristes, eran lágrimas de felicidad... Cerré los ojos fuertemente al abrazarte para quedarme contigo dentro de aquel instante por siempre, pero por mas que trate de mantenerlos cerrados, comencé a escuchar a lo lejos una melodía y en un instante de debilidad abrí los ojos y todo se convirtió en un dulce sueño del cual solamente me quedo el consuelo de saber que fue real, porque mintras la música seguia sonando descubrí que algunos besos y algunas lágrimas aún seguían tibios en mi almohada...


Ella es mi luz, mi paz mi voz, mi fé mosilábica y compleja
que juega a ser y a no querer, mientras escancia en nubes de tormenta.
Pero nunca quiere hablar de amor, porque le recuerda su tragedia
y teme que en alguna depresión, mis labios lleguen hasta su dolor.

Ella creyó que el corazón, vivía conectado a la cabeza
y que al llegar al fin del mar, un héroe salvaría su primavera.
Llevándole en los brazos a dormir, hasta una cama entre las hojas secas
diciendo estoy muriéndome por ti, descansa mientras yo te hago feliz...

Y yo que intento ser el héroe que ella espera,
cuando baja la escalera con sueños remojados en café.
Un héroe de silencios y de grandes promesas
que extienda lienzos viejos, para que ella con sus besos dibuje lunas nuevas.

Y yo que intento ser y que no soy... ¿Cómo le explico que en el mundo
ya no hay héroes, solo tipos cómo yo?
 


Título: "EL Héroe"
Intérprete: Abel Velázquez 
















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